RECETA: ALMEJAS AL VINO BLANCO

 

Más allá de la copa, el vino también nos sirve para dar sabor a esos platos con los lo acompañamos. Hoy por ejemplo os proponemos todo un clásico: unas almejas al vino blanco.

Para una mesa de 2 personas, compraremos medio kilo de almejas. Las dejaremos en agua con sal un par de horas, para que suelten la arena con la que puedan venir. Luego las enjuagamos bajo el grifo, para eliminar los últimos restos y eliminar la sal.

Ponemos las almejas en una sartén tapada a fuego bajo. De vez en cuando la movemos, sin destapar, para que se vayan abriendo. Mientras podemos ir picando 2 dientes de ajo y un par de ramitas perejil, y también alguna guindilla al gusto.

Cuando estén las almejas abiertas, doramos el ajo con las guindillas y dos cucharadas de aceite. Cuando veamos el ajo dorado, añadimos el perejil, 6 cucharadas de agua, 2 de un buen vino blanco, y el zumo de medio limón (no hace falta apurarlo, o quedará muy fuerte, con explirmirlo con la mano es suficiente).

Aquí hacemos un inciso para hablar de la importancia de una buena sartén. Al igual que unas almejas de calidad o un buen vino, contar con una buena sartén en la cocina significa que tengamos ya mucho ganado. Por ejemplo, os recomendamos las SF3 Tacaná de Jata, que son de aluminio forjado, muy ligeras, y con mango ignífugo, pero además cuentan con una base difusora de inducción y un recubrimiento de silicona que permiten una distribución óptima del calor, así todas las almejas se harán por igual. También cuenta con una cubierta de granito, que nos da una mayor antiadherencia (e, importante; sin usar PFOA).

Cuando la salsa espese y alcance su punto, añadimos una pizca de sal. Y ya la tendremos lista para verterla sobre las almejas. Es el momento de llevarlas a la mesa y degustarlas aún calientes.

¡Y, por supuesto, no olvides el vino para acompañarlas!

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