Sobre esta Denominación os puedo decir que, a pesar de que en la zona se está produciendo mucho vino que se destina a robustecer otros caldos, las mejoras y los avances están ganando terreno, sobre todo entre los vinos tintos. Bodegas como Casa de la Ermita, o la histórica Cooperativa San Isidro con más de 20.000 hectáreas de viñedo plantado, han introducido modernas instalaciones con depósitos de acero inoxidable y barricas de roble americano y francés.
Como ya sabeis, los vinos de Jumilla tienen un origen milenario, como testimonian los restos de vasijas de cerámica de época romana encontradas en la zona. Como Denominación de Origen comprende parte de las provincias de Albacete y Murcia, una área montañosa con muchos barrancos.
Los suelos, pardo-calizos y pardo-rojizos calizos, pedregosos y sueltos, ofrecen unas buenas condiciones para el cultivo del viñedo. Los vientos de Levante suavizan el clima continental con aguaceros ocasionales. La variedad Monastrell, apta para soportar las rigurosidades de la zona, ocupa alrededor del 90% de los viñedos. Se elaboran dos tipos de vino, el seco y el Jumilla-Monastrell.
Éste, que se obtiene mediante crianza en roble a partir de la uva que le da nombre, es de elevada graduación (17º), redondo, con una tonalidad cereza y sedoso. El Jumilla seco es un vino menos graduado y con una tonalidad púrpura peculiar. Los blancos se caracterizan por sus tonalidades luminosas y aromas frescos.
Otras variedades tintas son: Garnacha Tinta y Cencibel, en cuanto a las blancas, se cultiva Merseguera, Airén y Pedro Ximénez. Por último, os remarco también unas bodegas que también son de mucho interés de esta Denominación: Viñedos Agapito Rico, Julia Roch e Hijos, Josefa Abellán Fernández, Josefa Gilar Lila, Rosario Vera Candela, Viña Elena y Vitivino.
