CATA DE VINOS EN CASA: UNA MESA A LA ALTURA

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Una de las mejores propuestas que podemos hacerles a nuestros amigos es invitarles a una jornada de cata de vinos en casa. Una manera muy original de pasar una velada, ya que además de disfrutar de buena compañía, podremos aprender, compartir y por supuesto, catar buenos y ricos caldos. Para ser unos perfectos anfitriones no tenemos que dejar nada al azar y debemos preparar todo al detalle para que la velada resulte impecable.

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En Westwing he encontrado algunos consejos y sugerencias para preparar una jornada de cata de vinos casera. Os dejo aquí algunos de ellos referidos a la preparación de la mesa que incluyen algunos pequeños toques de decoración, que le darán valor añadido a la tarde-noche y que todos los invitados apreciarán.

La mesa ha de lucir impecable para una ocasión así. Saca tu mejor mantelería. Si puede ser de colores claros mucho mejor, ya que facilitarán la fase visual donde apreciamos con detalle el color del vino. Las servilletas deben ir a juego con el mantel pero siempre nos pueden dar más juego. Podemos incluir en nuestra mesa, además de unas servilletas de tela, otras de papel que incluyan motivos relacionados con el mundo del vino. Por ejemplo, serían ideales unas servilletas estampadas con racimos de uvas o con unas hojas de vid.

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¡Cuidado con las flores! Podemos incluir algún jarrón con un ramo pero presta atención a que estas no sean muy aromáticas porque nos podrían estropear la cata. También podemos colocar las flores sólo para decorar antes de la cata y después retirarlas de la mesa.

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Las copas, un must. Si nuestra cata incluye vinos blancos y tintos, sería conveniente tener dos tipos de copas distintas. Lo mejor son las copas de cristal transparente ya que nos permitirán apreciar más las características de los ricos caldos que vamos a probar. Las copas son las protagonistas, al menos durante el tiempo que dure la cata. Recuerda que para la cata no tendrás que poner platos, ya que no se trata de una cena al uso, sino de probar y descubrir nuevos vinos. Tan sólo tendrás que colocar unos trozos de pan o unos colines para separar sabores, entre vino y vino. La cena ya vendrá después.

Un detalle que agradecerán los invitados es que les proporcionemos unas pequeñas libretas o mini cuadernos o tarjetas para que puedan apuntar sus impresiones de los vinos o incluso, lo que están aprendiendo sobre cada de uno de ellos. Podrán elaborar su propia ficha del vino y utilizarla en próximas ocasiones.

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Tras la cata es ideal disfrutar de una buena cena o incluso, preparar una noche de cine fórum con películas y series relacionadas con el mundo del vino. ¿Qué tal unos capítulos de Falcon Crest para ver esos viñedos de California o conocer más sobre este fantástico mundo a través de la película documental El camino del vino? ¡Salud!

 

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