Las plagas y enfermedades 2: Los parásitos

Viñedo

Bien, tal y como os prometí ayer vamos a ver ahora el tema de los parásitos. Debeis saber que el parásito es un ser vivo que quiere convivir con otro en una asociación unilateralmente beneficiosa para él. La primera condición que debe cumplir un auténtico parásito es que no sea excesivamente dañino (y menos aún mortal) para el huesped que lo sostiene. Si el parásito causa grandes daños o llega a matar asu huesped, está firmando su propia sentencia de muerte.

Así de esta manera se explica que la mayor parte de los parásitos de la vid no hayan constituido una verdadera amenaza más que en determinadas fechas y en ocasiones aisladas. En esos momentos puede decirse que se rompe el normal equilibrio ecológico.

Por otro lado, el parásito tiene además sus propios enemigos naturales que limitan su multiplicación y evitan que prospere excesivamente. Pero en determinadas condiciones, a menudo por causas climáticas, el equilibrio ecológico se rompe y el parásito manifiesta una voracidad excepcional o alcanza un crecimiento numérico muy alarmante, es entonces como os podeis imaginar, cuando llega la catástrofe.

Desde siempre el hombre ha podido convivir miles de años con los parásitos de sus viñas, sin sufrir más que plagas esporádicas. Cuando su número era excesivo, quemaba las plantas donde anidaban, intentaba matarlos con agua hirviendo o, incluso pacientemente, recogía los (bichos) a mano.

Mañana terminaremos de ver este tema que, aunque trate de llamemoslos (bichitos) no deja de ser menos apasionante dentro del mundo de la viticultura.

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