El color en los vinos

Los expertos del vino afirman que lo único que se tiene que tener en cuenta para determinar si un ejemplar es bueno o no, no es sólo el gusto, sino que se tienen que utilizar una gran cantidad de sentidos. El color, la textura y el aroma también resultan fundamentales. El sentido visual del vino es fundamental. La gran mayoría de las personas compran la botella si les causa un buen impacto en sus retinas. Los estímulos y las sensaciones son importantísimas para poder contar con un vino de gran calidad.

Una primera aproximación para poder determinar el buen vino es el color del mismo. Todas las tonalidades se pueden encontrar en las botellas: tintos, blancos, rosados, más claros o más oscuros. Todos los colores se pueden hallar en el mercado.

Hay un aspecto que se tiene que tener en cuenta en el momento de probar un vino viendo su color. La luz que tiene que haber en el ambiente tiene que ser natural, ya que es la ideal. Lo que hay que evitar es que se utilicen luces fluorescentes porque este estilo distorsiona los colores reales del vino. Un buen consejo que otorgan los profesionales es el de colocar una hoja blanca detrás de la copa, para poder contrastar el contenido y brindar una mayor información sobre el modelo de vino que se está degustando.

El color deja en evidencia la edad del vino y el cuerpo del mismo. El vino es el que absorbe algunos de los espectros que componen la luz y también reflejan la otra. En lo general, la gran mayoría de los vinos más límpidos que se puede observar a través del color son los blancos, rojos, rosados o alguna que otra variación de los mismos.

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