El Blanc más consentido

Cuatrocientos cincuenta años de historia puede sonar algo anticuado en cualquier producto. Solo hay un rubro en el que los años de experiencia son suficientes para avalar el respeto que se merece: el rubro de los vinos, las cavas y las bodegas.

Codorniú es la primera bodega española en crear un vino de cava a partir del varietal Chardonnay, un cava rosado a base de Pinot Noir y el María Cristina Blanc de Noirs, un cava blanco, puro, cristalino, elaborado a partir de Pinot Noir. Esta bodega tuvo el honor de recibir en 1897 el título de “Proveedor de la Casa Real” por parte de la Reina Regente María Cristina, por lo que no solo sus años avalan la excelencia y el conocer del buen vino sino que Codorniú, se ha transformado en un emblema de la pasión y la tradición por amor a las cepas.

Este 2010 es el año ideal para relanzar su María Cristina Blanc de Noirs puesto que los viñedos han alcanzado una madurez perfecta para su cosecha. Cordoniú lleva 25 años cuidando y manteniendo sus plantaciones en Lleida, donde el clima se hace el compañero perfecto para la uva, desarrollando un cuerpo exquisitamente delicado con una intensidad aromática inigualable. El suelo, inmutable y pobre, se presenta poco profundo para evitar que el viñedo desarrolle excesivo vigor.

Luego de la cosecha, los 450 años entran en juego, cuidando el racimo para que la piel no desprenda su color y que se tinte el mosto. El prensado muy suave y sutil, casi como una caricia de madre, fue diseñado por Codorniú y frena el proceso cuando la piel del fruto comienza a dar sus componentes. Más tarde viene la fermentación, el coupage y el embotellado, donde se lo coloca en cavas subterráneas con un período mínimo de 18 meses.

Todo este proceso resumido, da como resultado al RMC Blanc de Noirs, un vino que despierta sentidos en vista, nariz y boca. Un producto que estalla en dorados vivos, haciendo gala de su linaje real heredado. Un aroma de grosellas y fresas frescas, con frambuesa y flores blancas inunda las cavidades nasales y llega hasta un paladar que, obligado, nada puede hacer sino rendirse ante los aromas que ahora deben tomar contacto denotando un gran cuerpo y un frescor noble, digno de un vino real. Reina María Cristina Blanc de Noirs un vino cremoso y delicado excelente para maridar con pescados a la sal, aperitivos, entrantes y para postres frutados.

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