En esta zona de Francia nos podemos encontrar con dos clases importantes de vino: tintos y espumosos. El valle del Loira (donde está ubicado el castillo de la imagen) produce una especialidad a partir de la variedad de Cabernet Franc, uno de los jugadores de segunda fila entre los tintos de Burdeos; a las diversas denominaciones de tintos de Saumur sólo se les permite esa uva.
En las cosechas más calurosas estos vinos poseen un afrutamiento a grosella negra muy agradable, una sensación de ligereza en la boca (aunque ni mucho menos comparable, por ejemplo, a la del Beaujolais) y suave tanino. Pueden madurar placenteramente durante varios años. En los años en que la cosecha está menos madura, sin embargo, son deprimentes por su alto contenido en tanino como de pimiento verde amargo y fuertes ácidos.
Las dos mejores denominaciones en cuanto a vinos tintos son Chinon y Saumur-Champigny. En su mejor momento, son atractivos, afrutados, sus sabores directos de frutos de verano apoyados por una buena estructura. En los buenos años, os puedo asegurar que merece la pena que envejezcan
El Saumur espumoso se realiza siguiendo el mismo método que el champagne, y consta principalmente, pero no exclusivamente de Chenin Blanc. El de los buenos productores como Gratien et Meyer (que también elabora un rosado espumoso de Cabernet Franc) o Bouvet-Ladubay, tienen una frescura agria pero muy apropiada para apagar la sed, que lo convierte en una buena opción como aperitivo de verano.
Algunos productores crean un AC Saumur sencillo, aún blanco, a partir de Chenin Blanc, que guarda un inesperado parecido con las versiones de solo Chenin del Anjou Blanc Sec.
