Siguiendo con el artículo anterior, vamos ahora con los Vinos de Madeira que según la tradición vitivinícola de Madeira data de principios del siglo XV, cuando la vid fue aclimatada en la isla por los portugueses.
Las uvas se vendimian muy maduras y se prensan en la misma viña. El mosto obtenido es transportado a la bodega en odres de 50 litros. Estos recipientes de calientan a 50ºC hasta conseguir una caramelización parcial. La crianza se realiza en barricas, al cabo de un año se embotellan las añadas. Otros vinos se envejecen al menos durante tres años por el sistema de soleras.
A lo que se refiere a los Moscateles, estos son vinos dulces cuyas fermentaciones se han detenido en un determinado momento mediante la adición de alcohol. No hay que confundirlos con las mistelas de moscatel.
La elaboreción de los moscateles es muy similar a la de los vinos dulces, con pequeñas variaciones. Proceden generalmente de las variedades moscatel, que son uvas aromáticas. Los racimos se despalillan y se estrujan al llegar a la bodega. El mosto con los hollejos se lleva a las tinas de fermentación, donde fermenta de una manera incompleta para evitar que se pierdan los aromas de los hollejos.
Para ello se apagan mediante la adición de alcohol, se prensan y se someten a diversos trasiegos. Finalmente quedan unos vinos que tienen de 15 a 16º y de 70 a 125 g de azúcar. A veces, con el fin de aumentar la riqueza de azúcar de la uva, ésta es sometida a un ligero asoleado.
El envejecimiento de los moscateles se efectúa en recipientes totalmente llenos, evitando el contacto con el aire. Los moscateles son muy afrutados cuando se consumen jóvenes.
