A simple vista todas las barricas parecen iguales, pero como ya sabeis existen notables diferencias que varían según la variedad de roble que se ha utilizado para su fabricación. Como entendido, os puedo asegurar que en la mayoría de bodegas en las que se elaboran vinos de calidad, nos podemos encontrar hasta cuatro tipos de barricas según sea su procedencia.
Francés
Desde hace mucho tiempo las barricas de roble francés han sido tradicionalmente las más utilizadas para elaborar crianzas y reservas de calidad. En la actualidad, los productores suelen combinar distintos tipos de madera, aunque sigue siendo la francesa la más apreciada.
Las características de esta madera, que se extrae principalmente de las zonas de Allier, Nevers y Limousin, permiten aportar al vino finos y elegantes matices. En esta madera la finura de su poro nos permite una óptima microoxigeración.
Americano
En esta ocasión la apuesta por el roble americano nace del intento de los productores de abrirse mercado en el nuevo continente, donde el consumidor está más familiarizado con sabores maderizados como el del bourbon.
Este tipo de madera aporta mayor dureza en boca y cede aromas al vino con mayor rapidez que el francés, aunque confiere un caracter muy definido al vino.
Por último y como factor importante, debeis saber hablando economicamente, que a la hora de la elección de estas maderas todo obedece de alguna forma a los costes de mercado, ya que las barricas de roble americano suelen ser más económicas que las francesas.
