Una bodega muy particular

Pago de Vallegarcia es uno de los viñedos más peculiares que se puede encontrar en el país. La estética y el resultado de los vinos es muy agradable. Pero no sólo queda allí, ya que la bodega de la misma empresa es muy moderna, y cuenta con un claro concepto junto a líneas rectas. Por más que se haga una búsqueda exhaustiva nunca se podrá encontrar el fallo. No sólo todos los servicios que se ofrecen son muy buenos, sino que además, resulta muy bueno estar en el contexto que se puede percibir, ya que es un lugar altamente bello.

El sitio en donde está la bodega es entre los Montes de Toledo y el Parque Nacional de Cabañeros. Esto significa que está en el punto medio entre las provincias de Toledo y Ciudad Real. El paisaje que rodea a la bodega es uno de los bosques más atractivos que hay, ya que se encuentra conservado y tiene unos 900 metros de altitud respecto del mar. Los terrenos estuvieron una gran cantidad de tiempo abandonados, y pertenecían a la iglesia hasta el siglo XIX. Sin embargo, después de que se produjo la desamortización de Madoz, todo ese sector pasó a manos privadas.

Luego, cerca de 1980 se quiso convertir en un campo de tiro militar, aunque esa iniciativa no tuvo un buen augurio, debido a la insistencia que desarrollaron los vecinos y las diferentes organizaciones ecológicas. Por eso, después pasó a ser lo que en la actualidad se conoce como el parque nacional de Cabañeros.

En estos días, las granadas son una de las frutas más codiciadas que se puede ver allí, y las bombas son las del trasiego de parte de los mejores vinos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *